Esta semana se celebra la Semana Internacional de la Doula (del 22 al 28 de marzo) y me gustaría resaltar esta figura en la vida de una mujer. Una doula es una mujer (generalmente, aunque conozco algún «hombre doula») que te acompaña en una etapa de tu vida, ya sea el embarazo, el puerperio, lactancia, crianza o durante una pérdida gestacional.
Actualmente hay muchas formaciones para ser doulas que te enseñan a acompañar a las mujeres en esas etapas que hemos nombrado. Lamentablemente muchas de esas formaciones están orientadas en el misticismo, en lo alternativo y en terapias con poca base científica. Por eso las doulas no están bien vistas en el mundo de las matronas, enfermeras, ginecólogos…Yo creo que si las formaciones fueran menos «alternativas» las doulas tendrían mejor aceptación dentro del mundo de los profesionales.
Cuando yo estaba embarazada asistí a unas clases privadas de pre-parto porque no confié en la matrona de mi centro de salud (mi miedo se confirmó cuando se cogió la baja para irse a trabajar a un negocio «Compro Oro») y no me sentía preparada para el momento del parto. Las clases las daba una chica que es fisioterapeuta (otras que no están bien vistas en la etapa del embarazo por parte de las matronas, y eso que tienen una formación oficial y en el embarazo trabajamos con un músculo hasta el momento desconocido para muchas mujeres: el periné) y es una apasionada del mundo de la maternidad, quedé encantada con ella y no dudo en contar con ella en un futuro 🙂
Después de varias sesiones con ella me di cuenta de que estaba haciendo trabajo de doula pero sin ponerse el cartelito, algo que es muy común por estos mundos de la crianza respetuosa. He sido espectadora de muchas discusiones a través de las redes a ver si tal o cual formación de doulas es una estafa, o está peor considerada, o no son legales…Está claro que la seguridad es muy importante y no debemos dejar que gente sin capacidad atienda a embarazadas, pero yo pienso que para la atención profesional ya están las matronas, las doulas acompañan y una mujer debe ser libre al elegir a su doula, para mi es más importante conectar con la persona que la formación que pueda tener a las espaldas.
El mundo ya está lleno de «titulitis» ¿también lo vamos a llevar a la maternidad?
Photo Credit: Scott Greider via Compfight cc
Gracias por la parte que me toca, pero quería hacer dos apuntes desde mi sentir.
La formación ES importante, pero desde luego en base a una evidencia científica y especialmente, a un trabajo personal continuo y actualizado en todo cuanto refiere a las emociones que despiertan en la mujer en cualquier etapa de la maternidad. Las herramientas que aporta una buena formación y una buena dosis de humildad nos llevarán a derivar al profesional cualificado en caso de que sea necesario.
El segundo punto, es que difiero totalmente de que un hombre sea doula. Tengo mis buenas razones que no considero exponer en este espacio. La mujer que deviene madre necesita de mujeres a su lado, es algo ancestral…
Saludos.
Concha muchísimas gracias por comentar en mi blog, me ha hecho mucha ilusión pues conozco tu trabajo 🙂
Se que la formación es importante y como bien dice las herramientas de la formación es derivar a los profesionales cuando la situación lo requiera. Lo que yo «critico» de las formaciones es que muchas están basadas en terapias alternativas de dudosa eficacia, eso es lo que a mí me hecha para atrás a la hora de hacer una formación de doula.
Con respecto al hombre/doula estoy totalmente de acuerdo en que las mujeres necesitamos a mujeres a nuestro alrededor en esta etapa, es un chico que conozco a través de la red pero no sé más sobre su trabajo como doula, ya sabes que por las redes te encuentras con todo tipo de personas, jejeje.
Un abrazo!
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Muchísimas gracias por incluirnos en favoritos. Qué ilusión 🙂
Un abrazo!
¿Qué cansino es eso de la «titulitis», no? Ahora resulta que quien recibe formación universitaria peca de ello, ¿o son sólo las matronas y gines? Lo veo absurdo y creo que únicamente dificulta el trabajo en equipo. Tal vez si la formación de doulas estuviera reglada (es decir, si hubiera un título oficial que acreditara como doula), se evitaría precisamente ese intrusismo que hay entre doulas de personas que se rodean más de misticismos que de evidencia científica (como bien dice Concha, amamadoula). Hay malas matronas y malas doulas al igual que hay malos abogados o malos mecánicos o malos dentistas o malos comerciales… ser buen o mal profesional no lo da un título, pero sí otorga cierta garantía de unos conocimientos mínimos. Creo que una doula que se implica en su trabajo puede recibir muchísima formación, más incluso que una matrona, como es el caso de una fisioterapeuta doula en conocimientos de periné y pelvis, o una psicóloga perinatal doula en conocimientos de depresión postparto. Cada profesional puede aportar muchísimo desde sus competencias, ¿por qué no pensar en la mujer y fomentar el trabajo en equipo en lugar de hablar de titulitis y enfrentamientos? Creo que así sólo se perjudica la mujer.
Eso es, la única perjudicada es la mujer 🙁
Más gente debería pensar como tú y ser más abierta, pensando es lo que es mejor para su paciente.
Gracias por tu comentario, saludos!