Ayer estábamos hablando mi marido y yo sobre cómo cambia el comportamiento de los niños. A veces no nos damos cuenta y deseamos que pasen rápido ciertas etapas: dejar el pañal, que se pongan a jugar ellos solos, que no tengan rabietas, que no necesite tu ayuda para realizar ciertas cosas, que deje de preguntar por qué…Pero debemos ser conscientes de la importancia de esas etapas, y sobre todo que cuando pasen las echaremos de menos.
Ahora observamos a otros niños de la familia que ya han crecido y todavía nos da más penita que nuestro hijo crezca y cambie su comportamiento, aunque ahora resulte agotador estar todo el día prestándole atención, respondiendo sus por qués, escuchándole hablar a todas horas, cambiándole de disfraz 4 veces al día…Su espontaneidad es contagiosa y al final nos quedamos embobados con todo lo que hace.
Porque llegará el día en que prefiera dormir en otra habitación, se cambie la ropa solo, pase horas jugando sin necesitar nada de ti, no querrá que lo cojas en brazos, salga solo a la calle, incluso algún día prefiera dormir fuera de casa con algún familiar, hasta dejan de tomar teta… ¡por raro que parezca!
Cuando estás educando a tus hijos de manera respetuosa los resultados no se ven en el momento, pero sí vas notando la diferencia con otros niños que son castigados, que los amenazan, que no tienen un apego seguro, que pasan muchas horas en el cole. Esto hace que cojas fuerzas esos días donde piensas que el camino «fácil» es el más rápido, que acabas antes diciendo un «porque lo digo yo» que mantener una conversación de media hora sobre por qué debería tomarse un medicamento. Los niños que son respetados desde bebés cuando crecen marcan la diferencia, mantienen durante más tiempo esa «chispa mágica» que los hace únicos.
Tengo curiosidad de cómo será mi hijo dentro de unos años, aún así espero que el tiempo pase un poquito más despacio y mi mente pueda recordar este corto periodo de tiempo donde los niños son niños, donde la magia y la ilusión por las cosas más sencillas forman parte de nuestro día a día. Y mis brazos sean tu zona de confort como una vez lo fue mi pecho, por todo esto no crezcas rápido mi niño 🙂
Photo Credit: Philippe Put via Compfight cc