Tras ver el anuncio de Fisher Price «La película de tu vida» donde la voz en off de un niño habla sobre todo lo que ha conseguido en los primeros años de su vida, me planteo qué logros son los que consiguen por ellos mismos y cuáles somos los padres (de manera consciente o inconsciente) los que forzamos que lleguen a esos logros.
A veces sentimos mucha prisa por que crezcan nuestros bebés, queremos sentarlos cuanto antes, que den sus primeros pasos antes de dejarlos gatear, quitarles el pañal aprovechando el verano (y no observando su maduración), que jueguen solos en el parque, que duerman solos, etc. Los bebés están preparados biológicamente para poder realizar la mayoría de estas cosas, pero cada uno necesita un tiempo, a veces ese tiempo te puede parecer una eternidad, porque no llega, pero cuando miras atrás te das cuenta de que el tiempo pasa rapidísimo.
Lo que menos me gusta del vídeo de Fisher Price es cuando dice lo de «he aprendido a compartir«, ¡la de disgustos que nos llevamos los padres por el compartir! jejeje. En este blog ya he hablado sobre este tema en otros post, pero me gustaría dejar claro que los adultos somos los primeros que no compartimos nuestras cosas (coche, smartphone, pareja…) y en cuanto nuestro peque está en el parque rodeado de otros niños desconocidos queremos que no se queje si le quitan las cosas.
Sí me gusta la importancia que le dan al juego, y la labor que tienen muchos juguetes educativos en el aprendizaje de nuestros hijos. Me encantan los juguetes de animalitos, con sus sonidos y sus formas, porque no todos tenemos al alcance una granja de verdad donde poder ver a una vaca diciendo: «muuuu», pero sí podemos tener una granja de juguete donde sus animalitos hagan los sonidos reales y nuestros niños imiten esos sonidos 🙂
Cuando dejan de ser bebés el juego adquiere otro nivel, se convierte en una necesidad para ellos, es tan importante como dormir o comer. Y todo esto se puede reflexionar de un vídeo de un minuto ¡qué pasada!. Me interesa tu opinión ¿qué te ha parecido a ti?
Post patrocinado.
1 comentario en «¿Los niños maduran o forzamos su maduración?»