Lactancia en el embarazo: ¿debes preocuparte?

lactancia en el embarazo

Si estás dando de mamar a tu bebé y piensas en quedarte embarazada de nuevo, no te preocupes, la lactancia en el embarazo puede seguir su curso. Claro está, siempre que no provoque ningún problema para la madre o que el embarazo sea complicado, en ese caso tendrá que ser estudiado el caso con los doctores para llegar a la conclusión de que la lactancia puede ser más perjudicial que beneficiosa, pero hablamos de casos muy extraños.

En mi caso, la lactancia en el embarazo duró cuatro meses. Mi hijo ya llevaba tres años de lactancia materna ininterrumpida, y al cuarto mes de embarazo se destetó. Es cierto que ya tomaba muy poco, solo para dormir, y no siempre, hasta que un día dijo que ya no salía leche, y ahí paró de pedirme. En esa época yo ya usaba la técnica de «no ofrecer, no rechazar», esto quiere decir que sólo le daba si me pedía, yo ya no le ofrecía, como sí se le ofrece a los bebés más pequeños.

Algunas cosas que sí debes tener en cuenta si decides amamantar durante el embarazo son estas:

  1. Puedes notar alguna contracción uterina. Estas contracciones son parte natural del embarazo, también ocurren durante las relaciones sexuales, y estas no están prohibidas durante un embarazo normal.
  2. Es muy normal que los pezones se te vuelvan más sensibles con lo que puede que el amamantamiento sea más doloroso de lo normal.
  3. Algunas mujeres han notado que la cantidad de leche disminuye durante el embarazo. Si tienes esa percepción, y tu bebé es menor de un año, puedes ir haciéndole controles de peso periódicos para comprobar que se esté alimentando correctamente.
  4. El sabor de la leche puede cambiar, con lo que podría producir un rechazo en el bebé que está siendo amamantado y destetarse porque ya no le gusta.
  5. Durante el embarazo te sentirás más cansada, es normal. Puedes aprovechar esos ratos de amamantar a tu bebé para descansar y echar una siesta 🙂

Si decides destetar antes de quedarte embarazada o durante el embarazo, empieza a plantearlo desde ya, tienes diferentes opciones, algunas de ellas pueden ser estas:

  1. «No ofrecer, no rechazar«. Como ya te he dicho, esta es la técnica que yo usé para conseguir el destete. Considero que con esta técnica se llega a un destete totalmente respetuoso con tu hijo o hija. Consiste en no ofrecerle nunca y darle de mamar solo si te pide. Recomiendo esta técnica solo para niños o niñas que ya estén con alimentación normal, a partir del año y medio o dos años.
  2. Existen otros métodos como los de ponerte algún producto en el pecho para que sienta rechazo. Conozco a muchas madres que han usado este método porque tenían que destetar sí o sí. Creo que no es un método muy respetuoso con el niño o la niña, pero si has de usarlo, primero, antes de hacerlo, ves comentándole que puede que la teta se ponga fea y cambie de sabor.

También debes tener en cuenta que, aunque tu hijo o hija mayor se haya destetado, puede que al nacer el nuevo bebé, el mayor quiera volver a ser amamantado. Seguramente haya perdido el reflejo de succión (es muy curioso como se les olvida cómo mamar en tan poco tiempo) y no sepa sacar la leche de la teta. Puedes sacarte tú un poco y ofrecerle en un vaso. Seguramente se le pasará enseguida el pedirte.

Y, por supuesto, si no quieres, o no puedes destetar al hijo mayor antes de que nazca el siguiente, te encontrarás con lo que se denomina lactancia en tandem: dar de mamar a dos a la vez. Siéntete tranquila ya que tu cuerpo está preparado para hacerlo, quizá no así tu mente y tus ganas, por eso quizá lo mejor sería que buscases ayuda en alguna asociación de apoyo a la lactancia cercana en tu ciudad para que te apoyasen en estos momentos tan bonitos y tan duros aveces 🙂

Espero haberte ayudado. Si te ha gustado este post, compártelo entre tus futuras mamás 😉

Photo Credit: Mothering Touch via Compfight cc

Deja un comentario