¿La crianza respetuosa tiene fecha de caducidad?

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Esta es una pregunta que me hago casi a diario, nuestros hijos crecen muy rápido y pasan de tomar teta y dormir todo el día a necesitar moverse y explorar todo lo que se le pone por delante.

Para mi los principios básicos de la crianza respetuosa son atender las necesidades básicas de nuestros hijos tales como la necesidad de estar en brazos, sentirse seguros, lactancia a demanda, practicar colecho, darles una educación horizontal, respetarlos.

Durante el primer año parece estar todo hecho.
El primer año es bastante fácil, con la lactancia materna y el porteo lo tienes casi todo hecho. Tienes que observar mucho a tu bebé para aprender a comunicarte con él sin utilizar las palabras, ya que hasta los dos años no empiezan a usar frases y expresar mejor lo que necesitan. Su medio de comunicación es el llanto, con lo cual, si lloran es porque les ocurre algo, nunca lloran para tomarte el pelo o para fastidiarte. Una situación muy típica es que el bebé se queda dormido en brazos, lo vas a dejar en el carrito o la cuna y se ponen a llorar desconsoladamente. No te está manipulando con esta actitud, simplemente te comunica que prefiere tenerte cerca 🙂

En el segundo año tenemos que trabajar mucho la paciencia y aprender a escuchar a nuestros hijos.
El segundo año se empieza a complicar por el tema de las temidas rabietas, incluso hay autores que llaman a esta etapa «los terribles dos años». No es que los niños se transformen en monstruos, lo que pasa es que un niño de dos años es un ser emocional y en constante desarrollo, su cerebro procesa nuevos conocimientos en muy poco tiempo, y eso hace que en un momento sufran un desborde emocional que no saben cómo controlar. Los padres estamos ahí para ayudarles a identificar esas emociones, podrás leer en muchos sitios que cuando los niños tienen una rabieta hay que ignorarles y castigar ese comportamiento, pero esto no es así, igual que tu bebé de 6 meses no llora para fastidiarte sino porque necesita algo, un niño de dos años no tiene una rabieta cuando le da la gana, es un momento de estallido emocional que no pueden controlar por ellos mismos, por eso debemos permanecer a su lado y consolarlos (si nos dejan, ya que muchos niños no dejan que les toquen mientras están sufriendo una rabieta). Es bueno que le pongamos nombre a lo que están sintiendo: cansancio, rabia, enfado…

Nosotros ahora estamos de pleno en esa fase, en nuestro caso las rabietas no son diarias, ni siquiera semanales, van y vienen según el ambiente del hogar. Hemos observado que si nosotros estamos relajados, nuestro hijo también lo está y si hay un poco de alboroto con tema de horarios o trabajo, mi hijo lo nota muchísimo y está más sensible de lo normal. No hay una solución mágica para las rabietas, lo más importante es tener paciencia y no tomárnoslo como algo personal, aunque muchas rabietas que sufren nuestros hijos es porque no hemos sabido anticiparnos al estallido emocional que sufren, o por una falta de comunicación. Nuestro pequeño cada vez habla más y mejor pero todavía hay cosas que no sabe cómo expresarlas, con lo cual puede enfadarse porque no se siente comprendido.

La edad de los dos años también conlleva otros cambios para los niños, como por ejemplo el control de esfínteres. Cada niño lleva su propio ritmo pero es sobre los dos años cuando aprenden a hacer pipí y caca en el water. De nosotros depende que estos cambios sean bruscos o suaves y que generen más o menos sufrimiento. Hay que tener claro que el pañal se lo pusimos nosotros, los niños no piden el pañal nada más nacer, por eso no hay que tener prisa para quitárselo (por mucho que te digan en la guardería o tu alrededor de que «ya le toca»), si no ves preparado a tu hijo no lo fuerces. No hay que tomarse la crianza como una competición, donde escuchamos frases como: «pues el mío ya no lleva pañal», «pues yo al mío ya le he quitado el chupete», «pues el mío duerme solo desde el primer día», etc, etc. Si escucháis este tipo de comentarios en vuestro entorno os recomiendo que hagáis oídos sordos y observéis a vuestro hijo, vosotros sois los que mejor lo conocéis y sabréis cuándo está preparado para seguir adelante. Ahora sus necesidades son otras, pero también necesita sentirse respetado, amado y valorado.

Con 3 años nos tenemos que enfrentar a la escolarización.
Aunque no haya llegado a los tres años sé que esa edad está marcada por el inicio del colegio, también es una edad donde terminan de perfeccionar cosas de otras etapas: mejoran el habla, juegan solos y acompañados, su motricidad se ve incrementada muchísmo. Pero el inicio del colegio es algo muy importante para los niños y para sus padres. Hay que destacar que la escolarización de los niños no es obligatoria hasta los seis años, algo que muchos padres no saben, pero que en otros países lo respetan hasta tal punto que las tasas de escolarización de niños de 3 a 6 años es mucho más baja que la de España. Con respecto a la elección del colegio debemos ser muy cuidadosos, y si en nuestra casa hemos ofrecido respeto, amor y seguridad a nuestro hijo, en el colegio sería ideal que también tuvieran esos valores, mucha gente abandona los principios de la crianza respetuosa cuando escolariza a su hijo, de ahí el título de esta entrada.

¿Qué pasa cuando son más mayores?
A partir de los cuatro años las quejas que más escucho es sobre el comportamiento del niño y en cómo cambiar esa mala conducta. Estamos rodeados de gente que castiga y pega a sus hijos, de hecho es una situación normalizada. Si tú ves a un padre/madre pegar a su hijo en el parque no haces nada, en cambio si viéramos a un hombre pegar a una mujer sí actuaríamos de algún modo. Esto me parece muy triste, los niños son ciudadanos de segunda, parece que no tienen los mismos derechos que los adultos. Yo me posiciono totalmente en contra del castigo físico y también pienso que el castigo como medio para cambiar una conducta es inútil. Si a tu hijo le gusta llamar tu atención pegando a otros niños no vas a solucionar nada quitándole la tele una semana, con ese comportamiento te está pidiendo que hables con él, que le prestes atención, no que lo ignores y le quites algo que le gusta. Es parecido a lo que se vive en la etapa de las rabietas. Pero como os decía antes está tan normalizado este comportamiento hacia los niños que si no lo practicas eres un bicho raro.

Últimamente estoy conociendo a familias con hijos más mayores, incluso adolescentes, que siguen practicando la crianza respetuosa y les va de maravilla, incluso me cuentan que la adolescencia es una etapa muy bonita junto a sus hijos, cosa que es muy raro de escuchar puesto que la adolescencia se caracteriza por constantes luchas y enfados por parte de padres e hijos. Los testimonios que escucho sobre crianza respetuosa con niños más mayores  hace que refuerce mi convicción de que estoy en el camino correcto, y que todo el respeto y amor que le ofrezco a mi hijo ahora es lo que voy a seguir viviendo cuando crezca.

Me gustaría saber la experiencia de las mamás con hijos más mayores, si una vez mayores los niños siguen disfrutando de los beneficios de la crianza respetuosa. ¿Los compartís conmigo?

15 comentarios en «¿La crianza respetuosa tiene fecha de caducidad?»

  1. Por supuesto que no la tiene. Respetar a un ser humano no caduca, y mucho menos si es la persona cuyo bienestar y desarrollo son tu responsabilidad. El problema es que se les deja de respetar pasado el tiempo de bebés o se les introduce en espacios no respetuosos 8 horas al día y se permite que esos espacios invadan el hogar, o se tienen más hijos o más seguidos de lo que esos padres pueden atender bien.

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    • Muchas gracias por tu comentario Mireia, estoy de acuerdo contigo, uno de los motivos principales de que caduque la crianza respetuosa es sin duda la escolarización en un espacio educativo no respetuoso.
      El tema de tener más hijos con edades cercanas no me lo había planteado, esta pregunta tiene debate para rato 😉
      Un abrazo!

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  2. Pues espero que no la tenga, aunque la educación se complica porque entran muchos más elementos externos en juego.
    A mi a veces me es difícil y eso q mi hija mayor va a cumplir sólo cuatro años, pero si me paso ella me lo hace saber y mi marido también y entre todos nos regulamos. Espero que siga así muchos años.
    Muy interesante este post pues cuando son pequeños es más fácil, no sé si es por la cercanía del parto, porque los percibimos más indefensos, o por la literatura sobre el tema….
    El caso es los de enriamos de respetar siempre, yo espero q mi marido y mis hijas no me dejen de respetar por muy mayor que me haga.

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  3. La crianza respetuosa no termina nunca. Una crianza basada en el respeto y la empatía ayuda a establecer una relación fluida, respetuosa y sincera con tu hijo a lo largo de toda su vida. Es una opción de vida que no cambia porque el niño crezca o se convierta en adolescente. Nuestros hijos necesitan que confiemos en ellos, les respetemos, acompañemos y amemos incondicionalmente siempre. Para mí la mejor etapa de la crianza está siendo la adolescencia, no la cambio por nada, y creo que tus hijos sencillamente te devuelven lo que tú les das.

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    • Bonito comentario Azu, nos llena de esperanza saber que los niños se comportan como los has tratado cuando crecen, y no se vuelven monstruos caprichosos como nos quieren hacer ver mucha gente cuando se entera que dormimos con ellos, que aún toma teta, que no son castigados, etc
      Un abrazo y gracias por el comentario 🙂

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  4. A mí también me gustaría encontrar más literatura sobre el tema, pero supongo que en realidad no hace falta libros enteros, sino sentido común. Pero sin duda, el gran handicap de la crianza respetuosa es la escolarización… (qué triste…) de momento nosotros la hemos pospuesto hasta los 6. Si somos valientes y tenemos fuerzas, la evitaremos. No siempre es posible escoger escuelas, ya que las más respetuosas, no respetan el bolsillo… :p y los que vivimos en zonas rurales, la elección entre las públicas no existe, hay una, y si gusta bien y sino ajo y agua…

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    • La verdad que sí es triste que la escolarización interfiera en la crianza, deberíamos ir de la mano en el acompañamiento a los niños. Me ha gustado tu comentario de que las escuelas respetuosas no respetan el bolsillo jajaja…es totalmente cierto 😛
      No tener opción más que a una escuela debe ser un fastidio, ánimo!
      Gracias por comentar

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