La noticia sobre que en Euskadi se reconozca como un derecho que las madres puedan amamantar en público me crea una sensación agridulce en mi interior. Por un lado me alegra que en el País Vasco se valore el hecho de que las madres den el pecho y recojan en sus leyes la normalización de la lactancia materna, puntualizando la libertad de que las madres pueden dar el pecho en lugares públicos si así lo desean. Por otro lado no entiendo que algo tan natural como es amamantar a un bebé tenga que estar legislado para que nadie pueda decirte nada.
La nueva Carta de Derechos y Deberes de las personas en el Sistema Vasco de Salud-Osakidetza aprobada por el Gobierno vasco contiene un apartado específico a la salud sexual y reproductiva, y en él dice que las mujeres tienen derecho a ser «informadas y formadas en materia de lactancia materna con objeto de fomentar su utilización en la alimentación infantil» y a «ejercer el derecho a amamantar a los hijos e hijas en cualquier espacio público». Esta aclaración sobre el derecho de amamantar en lugares públicos a muchos nos ha sorprendido porque es algo que dábamos por supuesto, pero que ahora no da lugar a dudas para el resto de la población.
El presidente de la Asociación por el Derecho a la Salud, Juan Luís Uría, hizo las siguientes declaraciones al conocer la noticia sobre la nueva redacción de la Carta de Derecho y Deberes y que nombraba el acto de amamantar en público como un derecho: «Cuando las cosas no están reguladas, siempre hay alguien que te pueda llamar la atención, aunque parezca que lo que haces es de lo más normal, como dar el pecho a tu hijo, es decir, alimentarle. Ahora, ya no hay ninguna duda al respecto». Seguro que esta noticia crea precedentes y cada vez serán menos los casos de censura a las madres que quieren amamantar en lugares públicos.
Nos encontramos ante una sociedad que valora más lo artificial a lo natural, donde se delegan actos tan importantes como la crianza de nuestros hijos y que los padres que quieren romper estas «costumbres del desapego» y ejercer una pa/maternidad más consciente son criticados y cuestionados por su entorno. En definitiva, una sociedad que tiene que legislar algo normal y natural para que no sea un delito.
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Estoy totalmente de acuerdo contigo, es una noticia de lo más agridulce, no entiendo por que hay que recogerlo en una carta de derechos cuando es un acto natural… De todos modos si eso ayuda a normalizar, bienvenido sea. ¡Un abrazo!