En varias ocasiones he leído sobre lo perjudicial que es etiquetar a los niños, sobre todo en edades tempranas, hay niños que en la guardería ya son etiquetados como: el que pega, el que llora, el que manda, el lento, el rápido, al que le cuesta aprender…Y todo esto lo podemos ver en niños de tan solo uno o dos años, ¡me parece increíble!. El mayor riesgo de etiquetar a un bebé es que la forma de vivir tu maternidad y tu crianza va a ser totalmente diferente dependiendo de la etiqueta que utilices.
Cuando te conviertes en madre la pregunta que más te hacen sobre tu bebé es: ¿es bueno/a?. Yo me harté de responder a esa pregunta cuando mi hijo era un bebé pero en mi segunda maternidad me está pasando lo mismo, hay gente que te hace esta pregunta desde el momento en que nacen ¿cómo puedes saber en el hospital si un bebé es bueno o no?, ¿cómo es un bebé bueno?.
¿Qué pasa si etiquetamos a los bebés?
Si etiquetamos a un bebé como «bueno» se comportará como tal, los niños más mayores también se comportan muchas veces según los veamos nosotros, si son etiquetados como nerviosos así serán, si son etiquetados como pegones así lo harán, puede que no lo creas pero a nuestros hijos les gusta complacernos aunque sea cumpliendo con su etiqueta de «niños malos«.
En el caso de los bebés es diferente, ellos no son conscientes de si son buenos o malos, simplemente son. Somos los padres los que actuamos de una forma u otra con nuestros bebés dependiendo del concepto que tengamos de ellos. Os voy a poner dos ejemplos claros de etiquetas a los bebés y sacad vuestras propias conclusiones:
La mamá del bebé A que tiene dos meses dice que su bebé duerme bastante durante el día mientras es porteado, por la noche suele tomar pecho 2-3 veces pero como hacen colecho ella no llega a despertarse mucho. Además como le da teta a demanda no suele llorar mucho ya que es atendida cuando lo reclama.
La mamá del bebé B que tiene dos meses dice que su bebé duerme bastante durante el día pero ella no puede hacer casi nada porque se duerme en sus brazos y cuando lo deja en la cuna se despierta y llora, por la noche ella consigue dormir alguna hora seguida solo si se pone al bebé en su cama ya que toma pecho 2-3 veces y si no la tiene cerca la reclama más. El pediatra le ha dicho que la teta se da cada 3 horas así que hay veces que no aguanta tanto y llora desconsoladamente hasta que puede tomar pecho y calmarse.
En los ejemplos me he centrado en la parte del sueño porque es lo que más hacen los bebés (dormir) y cuando nos hacen la pregunta de si es bueno sobre todo les preocupa si duermen mucho, el siguiente aspecto que preguntan es sobre alimentación.
¿Qué bebé etiquetaríais como «bueno»?
Tengo que decirte que el bebé A y el B es el mismo bebé, es mi hija Vida de dos meses y me he dado cuenta que depende cómo cuento mi experiencia del día a día con ella puede ser considerado por otra persona como un bebé bueno, malo, llorón….
¿Te ha pasado esto a ti? ¿cómo sueles describir a tu bebé?
1 comentario en «El riesgo de poner etiquetas a los bebés»