Durante el verano tenemos el placer de pasar más tiempo con nuestros hijos pero esto puede llevarnos a tener más conflictos con ellos debido a la gran actividad que necesitan realizar a lo largo del día. También podemos tener responsabilidades en verano que durante el curso escolar delegamos en el colegio, los conflictos suelen darse a la hora de comer.
En el colegio donde va mi hijo un alto porcentaje de alumnos se quedan en el comedor, en su clase tan solo salen cuatro niños a medio día para comer en casa con sus padres. Los motivos son varios: trabajo, comodidad, evitar conflictos, becas…
Entiendo que hacer tanto viaje al colegio es una molestia y una pérdida de tiempo para los padres incluso si trabajas desde casa como es mi caso, en muchas provincias de España tienen la jornada continua y lo tienen más fácil porque se ahorran viajes y dejar a los niños en el comedor, pero de momento en Alicante nos tenemos que adaptar con lo que tenemos. Muchos niños que se quedan en el comedor escolar cuando crecen coinciden en que hubiesen preferido comer en casa con sus padres o en casa de un familiar.
Los padres que dejan a sus hijos en el comedor durante el curso pueden verse sorprendidos de los conflictos que conlleva la hora de la comida cuando los niños están en casa. Normalmente es el colegio el que trata estos conflictos (apetito, rechazo de un alimento, cantidades, etc) y suelen surgir dos preguntas: ¿si no le gusta nada qué es lo que come en el colegio? O ¿por qué se lo come en el colegio y en casa no?
La respuesta a la primera pregunta es que puede que esté acostumbrado a la forma de cocinar del catering o cocina del colegio y le cueste comer esa comida cocinada de distinta forma, puedes preguntarle cómo lo cocinan en el colegio e intentar que sea de su agrado. La segunda pregunta es más complicada, hay muchísimos niños que en el comedor comen bien y luego en casa no, por lo menos aparentemente. Nos podemos encontrar con la desagradable situación de que en el comedor lo estén obligando a comer (algo que no se le debe hacer jamás a un niño) o que en el comedor también deje ese plato intacto pero que te digan que allí sí se lo come (esto puede ocurrir en el caso de que el niño sea pequeño) y de esta forma continuar usando el servicio de comedor.
Consejos para evitar conflictos en casa a la hora de comer:
- No vivas ese momento con nervios o angustia porque puedes reflejar ese sentimiento en tu hijo/a.
- Ten paciencia, deja que pruebe y experimente con la comida (sobre todo sin son pequeños)
- No cocines un plato que de antemano sabes que no le va a gustar, y si no lo sabes ten un «plan b» por si acaso. Lo ideal es que preguntes qué le apetece comer ese día para coger ideas.
- No le obligues a que termine con todo el plato, como he dicho antes nunca se debe obligar a comer a un niño.
- No utilices la comida como premio o castigo de algún momento del día.
- Alimenta un buen clima familiar para la hora de la comida
Si tienes algún truco o consejo que quieras compartir puedes hacerlo en los comentarios, consigamos que este verano hayan menos conflictos a la hora de comer 😉
Photo Credit: Saad.Akhtar via Compfight cc
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