A mí me pegaban en el colegio

A mí me pegaban en el colegio

Por desgracia el acoso escolar está a la orden del día, el último caso que está en los medios de comunicación es el de Diego, un niño de 11 años que se suicidó el pasado octubre. Se tiró por la ventana porque ya no podía ir más al colegio, ahora su carta se ha hecho pública, llenándonos a todos de dolor y dejando un vacío que espero sea repuesto con un juicio justo por su causa, se conciencie a la comunidad educativa de esta problemática que sufren en silencio muchos niños y las autoridades pongan en marcha un plan de acción para erradicar este problema en los colegios.

He elegido este título porque llevo un tiempo dando vueltas a mi situación escolar, yo no sufrí acoso escolar por parte de ningún compañero de clase. Eran los propios maestros los que nos golpeaban en el colegio, sobre todo uno, un señor mayor, de unos 50 años y que fue nuestro maestro desde tercero hasta quinto de EGB (ahora sería Primaria). Su respuesta favorita eran los tirones de orejas y los capones (nos pegaba con su nudillo en nuestra cabeza), y si nos pillaba por sorpresa mucho mejor. El motivo solía ser por hablar en clase, lo peor de este recuerdo es que cuando me quejaba a mi madre de esta situación me respondía con frases como: «algo habrás hecho», «pues no hables en clase, hay que estar en silencio y atendiendo», y reforzaba la figura de autoridad del maestro.

Mis padres también habían sufrido estos malos tratos por parte de maestros cuando iban al colegio, normalizaron esa situación y no veían mal que sus hijos también recibieran castigos físicos. Le quitaban importancia porque, total, solo eran tirones de orejas y algún capón, y me contaban que a ellos les golpeaban por cualquier cosa, incluso por escribir con la mano izquierda, como es el caso de mi padre. Tengo 31 años, me considero joven como para haber sufrido golpes por parte de mis maestros, pero así fue 🙁

¿Por qué nos pegaban los maestros? Pues porque podían, se creían con ese derecho, el mismo que se creían mis padres para darme en el culo con la zapatilla, los castigos eran para educar. Pasó el tiempo y la mentalidad cambió un poco, por desgracia muy muy poco, los maestros ya no pegan en los colegios y en las casas no es la regla general, o no debería serlo.

El otro día escuché a una madre decir: «He hablado con el maestro de mi hijo y le he dicho que si le tiene que pegar que le pegue…» ¡En pleno siglo XXI!. Vivimos en una sociedad enferma, que ha normalizado el maltrato hasta tal punto que cada año aumentan el número de mujeres que son asesinadas a manos de sus parejas, los niños en sus casas siguen recibiendo azotes con la excusa de que son «por su bien», y en muchos colegios se respira un ambiente de agresividad física y verbal que da miedo entrar. Cada vez entiendo más la frase de «para cambiar el mundo hay que cambiar la forma de criar» porque si no cortamos de raíz esta cadena de violencia que nos rodea, estos casos no van a dejar de pasar.

Tanto padres como maestros y el resto del mundo adulto tenemos una gran responsabilidad con los niños, hagámonos cargo de eliminar cualquier tipo de violencia: en las aulas, en las calles, en las casas. Por un mundo mejor con unas personas más sanas.

Photo Credit: Bob Jagendorf via Compfight cc

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